Cada cual ama con su propio esmero, con sus aciertos y con sus desvíos, sus propios dones, miedos y vacíos, su bagaje de vida, todo entero.
El amor, si es amor, no es un espejo, cada cual para amar sabe un camino y sería terrible desatino cambiarlo por reclamo o por consejo.
Aun en mi más loco desvarío no anhelo que me ames como espero, pues si me amaras tú como yo quiero no sería tu amor, sería el mío.
Si en el amor de dos no hay un concierto no se puede jugar en solitario, pero queda el amor en el armario donde se guarda lo que no se ha muerto.
El amor, si es amor, no te hace dueño de la persona de tu ser amado ni de obtener a fuerza lo esperado.
Solo queda soñar que allá en tu sueño escucharas mi voz decir muy quedo junto al sutil contorno de tu oído:
no me importan el tiempo ni el olvido, nadie te podrá amar como yo puedo.
PFRG —
Pedro F. Rivas Gutiérrez





y luego