Por: Jota Ce Ce
EL MALDITO PASADO ES EL CULPABLE
Uno quisiera creer aquello de que se avecinan buenos tiempos para México, que con Claudia lega la esperanza renovada de que los mejores días llegarán y que lo que hoy se observa como un lejano sueño, dentro de poco sea una realidad.
Sï, eso es lo que se quisiera pero cabe la pregunta, ¿y si no es así? ¡Será el recochino pasado el culpable, se tratará de encontrar en el tiempo pasado al gran culpable de todos nuestros males?.
Y mire que no es pregunta ociosa, desafortunadamente hemos vivido (padecido) cinco años escuchando la misma cantaleta, la “muletilla” justificadora de Andrés I quien logró convencer, desafortunadamente, de que los infortunios que hoy padecemos se deben al pasado y esto ha servido a su vez para la tarea polarizadora: acá los “progres” del presente, allá los “fachos” que añoran el pasado.
A tanto ha llegado el nivel de convencimiento del Tlatoani en turno que se quiere hacer creer que no se irá sin darle un nuevo rostro al país merced a una serie de reformas nacidas en su capricho totalitario, haciendo trizas la vida institucional del país cual si fuera su intención, para hacerle un gran favor a la Nación, de borrar su pasado, santo remedio.
Pero, preguntamos con genuina ingenuidad, ¿entenderá Claudia que ese pasado a partir de Octubre venidero incluirá el pasado más reciente, mejor dicho, incluirá a lo No Logrado (que es mucho) durante el gobierno de Andrés y por lo tanto de mantener el discurso lo deberá meter en el mismo saco? La pregunta se vale.
Imaginemos que entrando el 2025 el gobierno de Claudia revele que no hay dinero en las arcas públicas y que por ello se vive un momento de apremio.
No creemos ni vemos cercano que culpe al Obradorato por el saqueo que ha habido ni que se hayan malgastado miles de millones de pesos durante su administración.
Entonces se deberá echar la mirada más atrás y acudir al intangible del “neoliberalismo” y acudir a los excesos de los gobiernos anteriores al suyo… exceptuando al de AMLO. Esa es una buena coartada.
Así las cosas, hay que prepararse para seguir viendo que las culpas nunca serán propias sino ajenas y estas pertenecen al maldito pasado, pero al más lejano, recuérdese que estamos bajo el influjo de una mal llamada Cuarta Transformación que para maldita cosa que ha servido.
Y quien quiera creer que las manos inquietas se maniatará puede que esté equivocado: aquí el pasado inmediato sí cuenta.
En lo demás estamos fritos: Andrés quiere heredarle a Claudia un país en donde no se rindan cuentas (eliminar al INAI), donde sea el gobierno quien realice las elecciones (eliminar al INE) y los otros poderes de la Unión sea quienes rindan cuentas al Ejecutivo (Legislativo domeñado, el Judicial sometido a una reforma visceral).
Y en el fondo de todo, ya lo decíamos la semana pasada, siguiendo la ruta de un régimen en el que el partido sea el que mande y detrás del partido, el que ahora se va.
Claudia solo pinta para teatralizar el gobierno, el parapeto perfecto para lo que hábilmente se diseñó. Insistimos, a México lo mandarán desde la Chingada, Chiapas. Y eso no será obra del pasado lejano, que conste.
Y si a esto le agregamos que el casi seguro próximo presidente de Estados Unidos se apellida Trump las cosas entran a un estado de perdición casi completo.
El panorama no puede estar más oscuro ni el horizonte más enmarañado. Esa es nuestra opinión. Se vale tenerla, ¿no?






y luego