El amor de los ciudadanos de Michoacán, hacia Carlos Manzo Rodríguez, es tanto que a pesar de que el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, blindó el Palacio de Gobierno, arriesgaron su propia vida para destrozar y quemar la edificación.
Incluso Ramírez Bedolla, tuvo que ser evacuado por un grupo de operaciones especiales del Ejército Mexicano.
Y como era de esperarse el Gobierno Federal, envió a casi tres mil elementos antimotines fuertemente armados y equipados.
															Las fuerzas del orden trataron de dispersar a los manifestantes disparando proyectiles de goma y gas lacrimógeno, pero eso en vez de clamarlos termino por encender más a las masas, lo que literalmente obligó a las autoridades a huir del sitio.
En su intento por controlar al contingente de más de 40 mil personas, accionaron algunas armas de fuego, dejando un saldo de dos lesionados.
Hoy a iniciado una nueva revolución en Michoacán, que seguramente irá tomando fuerza en el País.
 ¡QUE VIVA EL MOVIMIENTO DEL SOMBRERO!
								




                    
 y luego