Por Luna Mística
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, fue recibido en Palacio Nacional con una cordialidad impecable y una amabilidad que parecía casi ensayada.
La doctora Sheinbaum y su equipo hicieron gala de una cortesía diplomática impecable… aunque se notaba, tras las fotos oficiales, que algo no encajaba del todo. Era como si, detrás de esas sonrisas protocolarias, flotara una tensión palpable.
En particular, el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García-Harfuch, mostraba un semblante tenso, excesivamente contenido —vamos, parecía muy fuera de lugar.
La atmósfera no reflejaba simplemente un diálogo bilateral; daba la impresión de que el encuentro fue más que una reunión forzada para una cooperación, pudo sentirse como un regaño o una imposición indirecta de parte del gobierno estadounidense. Al final, parece que el principal beneficiado fue Estados Unidos.





y luego