por José Enrique Cano Granda
En un movimiento sin precedentes, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, propuso que su nación extienda su influencia a América Latina, específicamente a la región de Sinaloa, México. Inspirado en la política de Donald Trump sobre Gaza, Netanyahu argumentó que la única manera de erradicar la narco cultura es reemplazarla con una sociedad basada en los valores judeocristianos y el orden israelí.
Durante su visita a Washington, en una reunión privada con Trump, Netanyahu sugirió que Israel debería intervenir en Sinaloa y expulsar a los narcotraficantes y sus seguidores de Badiraguato y Culiacán, reubicándolos en otras regiones de América Latina, como Venezuela o Nicaragua.
Según el líder israelí, “México ha demostrado ser incapaz de erradicar la narco cultura por sí solo, y es hora de que una nación con experiencia en seguridad y desarrollo tome el control”.
El Plan de Netanyahu: Transformar Sinaloa en un Estado Modelo
Netanyahu propuso que, tras la intervención, Sinaloa se convierta en un enclave seguro, un centro de innovación tecnológica y desarrollo agrícola, similar a lo que Israel ha logrado en el desierto del Negev. La región, según su plan, pasaría por un proceso de reestructuración:
1. Expulsión de los líderes del narcotráfico y sus familias a países que los acojan.
2. Desmilitarización total de la zona, con fuerzas israelíes y estadounidenses asegurando la estabilidad.
3. Construcción de kibutz en tierras sinaloenses, promoviendo una economía basada en la autosuficiencia y la cooperación comunitaria.
4. Educación obligatoria en valores judeocristianos para eliminar la influencia de la narco cultura.





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