Por: Jota Ce Ce
ENCUESTAS, MENTIRAS Y MANTRAS
Algo cercanos a los hacedores de encuestas, tenemos en resguardo una especie de anécdota sucedida hace algunos años, surgida al calor de un suceso electoral. El encuestador nos decía, casi aseguraba, que el candidato que las encuestas colocaban como favorito, ganaría las elecciones por “equis” cantidad de puntos porcentuales a lo que nosotros rebatimos con una pregunta, nunca, que sepamos, se ha hecho en México una encuesta acerca de qué tan mentirosos somos los mexicanos.
La pregunta casi sorprendió al entrevistador, de momento no supo cómo responder y en primera instancia lo único que atinó a responder fue “no, nunca se ha hecho”. Con eso die pie para expresar nuestras dudas sobre la eventual tendencia que se marcaba.
Fin de la historia: el ganador de la contienda vino a ser el presunto “perdedor” que se anticipaba y, ergo, el detalle sirvió para que intentara establecer que las encuestadoras habían “mentido” y no, las encuestas solo revelaron el grado de aparente mitomanía de los encuestados.
Y hablando de mentiras, hay que citar aquí al actual emperador de la “mentirología”, Andrés I, quien sostiene como otra de sus mantras que el pueblo mexicano está “felíz, muy felíz”, en lo que ni siquiera disimula es un intento por convencer y convencerse de que su gestión ha sido no menos que brillante. Que su quehacer, dice, ha tenido sus cosas buenas que hacen que no haya de qué quejarse.
Hablábamos en la entrega pasada de que tanto estará enterada la sociedad nacional de lo que realmente sucede en el país (los motivos de la felicidad de la que habla AndrésI) y va un ejemplo: el campo mexicano ha sido uno de los grandes olvidados del actual gobierno, pruebas sobran de ello, y aprovechando los tiempos de zafra electoral se anuncia que en Sinaloa el precio de garantía para el maíz será de 5,475 pesos aún y que los productores esperaban que llegara a los 6 mil pesos por tonelada. En menos de lo que canta un gallo, los voceros cantaron que se había llegado a un “acuerdo histórico” pero sin mencionar que, 1, el precio fijado no conlleva utilidades para los productores y, 2, que el precio es menos al autorizado el año pasado.
O sea, atole con el dedo pero disfrazado de miel por aquello de que es tiempo de sumar votos y que sirva para seguir dando la impresión de que somos un pueblo que muere de felicidad.
Recientemente, el Legislativo Federal aprobó modificaciones a leyes reglamentaria, entre ellas a la Ley del Amparo, con las cuales, en resumen, se prohíbe que los jueces otorguen amparos a agrupaciones o individuos que se opongan a actos de gobierno, a obras específicas. ¡N´mbre! Algo para la dicha entera.
Y si se quiere la cereza en el pastel, por el momento, el oficialismo dándose gusto al aprobarse la aberración en que se traduce la modificación a la regulación de las AFORES, esto es, de los 40 mil millones de pesos que el gobierno atraerá a sus arcas provenientes de los ahorros de los trabajadores de 70 años y más: ese dinero no socorrido por sus beneficiarios deberá pasara de las AFORES ya conocidas a una entidad que habrá de crearse exprofeso llamada Fondo de Pensiones para el Bienestar. Es decir, una burda manera de Andrés I de birlar dinero privado para hacerlo dinero público para sabe qué propósitos que seguramente será del provecho de Claudia la Calca, que él estará muy a gusto gobernando desde lejos a partir de Octubre de este año.
Son las tarascadas que lanza el Tlatoani ya que el tiempo se le agota, no pudo con todo pero al menos lo intentará en al menos seis años más. Y desde lejos, a la distancia, su mantra de mantendrá vivo, viendo y viviendo en un país que, asegura, está “felíz, muy felíz”.
(Y ya de gane, con la seguridad que otorga que los próximos presidentes de la República lo rescaten del “bote”).





y luego