Por: Jota Ce Ce
ANDRÉS Y EL APEGO A LOS DOGMAS
Bien sabido y reconocido es que México es mosaico multicolor en casi todos los aspectos, sea en política, en religión, en deporte y ahora, gracias al período Cuatrotero, altamente polarizado en lo socio-cultural.
Vamos, en términos llanos deberíamos decir lo plural se ha vuelto un mazocote.
Por eso es que los que se dicen izquierdistas festejan como propio el presunto triunfo electoral de Nicolás Maduro en Venezuela, sin reparar en que lo llamen dictador o que se acuse de haber hecho un monumental fraude, bastó con que Andrés I insinuara que lo va a validar como “buenas” las elecciones para que sus huestes echen las campanas al vuelo.
No les importa que el gobierno de Estados Unidos no lo reconociera, que se suma a los gritos de “fraude” y que otorgue como ganador al candidato opositor a Maduro, quien entre tanto se encarga de seguir adelante con su política represora, enfrentando las protestas en su contra con mano dura y actuando fielmente en calidad de dictador. Nada importa: el poder como sea es bueno.
No quiere irse del trono Andrés sin festejar logros ajenos que ve como propios, Maduro ganó sin tener de su lado a Banco del Bienestar alguno pero sí a todo un régimen, al ejército y a todo el andamiaje institucional, lo mismo que pretende Andrés que cobije a Claudia, quien se empeña en no dar señales en firma de lo anterior, aunque ya ha dicho y dado muestras que su gobierno se irá por lo empedrado, por la ruta que ha trazado su antecesor.
Pensando en voz alta, a nosotros nos bastaría con que Claudia cumpliera un solo objetivo: restaurar en México un clima de paz y seguridad, que se lograra desterrar la inseguridad de todos los rincones del país y que lograra desencadenar al ciudadano de la congoja y del temor. Si cumpliera, y no medianamente, tal objetivo con eso nos daríamos por bien servidos.
Y es que como si fuera cereza en el pastel, recientemente se dio un hecho que para algunos fue “curioso” aunque no deja de ser preocupante: aparecieron en Estados Unidos Ismael “Mayo” Zambada y un hijo de Joaquín “Chapo” Guzman, en una acción que nadie vio venir y que aún no saben cómo detallarla. Que si fue captura, que si fue entrega voluntaria, que todo fue armado desde USA y en México no hay quien de pie con bola.
Lo cierto es que todo despide un olor a que los gringos armaron todo sin contarle nada al gobierno mexicano, señalando con esto la profunda desconfianza que le tienen a las autoridades federales y locales.
Estamos a una semana del suceso y aquí están todavía con el tema de si fue cierto o no de que el avión que llegó al otro lado salió de Hermosillo o eso es dato falso.
Los capturados ya están en proceso de juicio y aquí siguen ignotos de los detalles. Capaz y que los gringos armaron todo desde aquí, desde suelo mexicano y ni quine se enterara de nada.
Lo que venga después de esto será atribuido a Claudia, no a Andrés, quien sigue en la rutina de su monólogo en donde “aquí no pasa nada” y si pasa, es culpa del pasado. Se está preparando el terreno para que se mantenga el echarle la culpa al pasado pero no al inmediato, que recordemos que la gratitud entraña, entre otras cosas, inmunidad para el que se va.
Y leemos que alguien dice “ya veremos el paso en Septiembre”, así que ¡aguas!, no vaya a ser algo parecido al célebre “error de Diciembre de 1994” aunque aquí bien aplicaría eso de “ya me voy, ahí te encargo los pendientes”. Andrés cree dejar su legado en buenas manos y Claudia segura ser ella esas buenas manos.
Entre cuatroteros te vas.






y luego