Por: Jota Ce Ce
MORENA Y RESABIOS DEL PASADO
Aún con todo lo descuadrado que pinta el futuro para México, no deja de provocar algo parecido a la sonrisa el escuchar o leer a los empinados que sin rubor afirman que está por concluir el “mejor gobierno de la historia”. Pasadas las elecciones, parece no haber forma en asomarse siquiera a intentar de contrarrestar la fanatizada opinión.
Y la sonrisa surge porque se identifica, se sabe, que el aserto tendrá una corta duración, los afanes del ego a que mueve el poder (más aún que los hechos que se irán descubriendo) lograrán que lo que parece se convierte en dogma sea borrada no por la historia sino por las mareas que surjan por los gobiernos que sucedan. No dudaos que sea sencillo eliminar eso de que el país vivió con Andrés I una transformación.
De bien a bien, es dable identificar que MORENA no es otra cosa que el PRI redivivo en su más rancia versión, se enlistaron fuera de las filas del tricolor contingentes disfrazados de izquierdistas que solamente buscaron darle la vuelta a la tortilla, agazapados en el supuesto de que habría bajo su mando una verdadera conquista de los derechos sociales.
El cierre del sexenio expone de manera más clara, y cruda, este gatopardismo voluntario que ha (¿seguirá?) encabezado López Obrador y cuya táctica ha incluído, entre otras cosas, supuestas alianzas con poderes fácticos de cuya procedencia que lo menos que se puede decir en que provienen de muy dudosas raíces, eso sí, enquistadas durante gobiernos priistas.
Los lances finales de este quinquenio (casi sexenio) muestran a los morenistas guiados por una mal disimulada soberbia, irradiando el gozo del poder por anticipado y con las premuras que exige el que Andrés I ya se va pero a la vez, el ansia anticipada por quedar bien con Claudia, a quien no se le puede borrar la imagen de querer ser una mala copia de su antecesor.
Al estilo del Tlatoani, todo es por ahora anunciar lo que se anuncia desde el poder, amenazar el desquebrajamiento de la vida institucional, casi reconociendo la dueñez de régimen, cantar loas a la no existencia de los contrapesos y casi asegurar que nada los detendrá: se hacen ya dueño de la sobrerrepresentación en la Cámara Baja, auguran que la Reforma Judicial será concretada, se anticipa que desaparecerán los organismos autónomos…. Se hacen ya los propietarios del rimbo del quehacer de la vida nacional.
Cuestión de fijarse un poco para darse cuenta que este escenario es muy similar, por no decir que igual, al México bajo el mando del PRI de los 70y 80, el país del poder unipersonal y regido por una facción pero ahora más cerrada, más fanatizada, menos interesada en los temas que realmente deberían ser prioridad.
Tiempo de Miguel de la Madrid redivivos pero torcidos; “la corrupción no somos todos.. pero poco nos falta”.
Es imposible que así se hagan buenos augurios de lo que viene para la Nación, Claudia pareciera no está interesada en trascender porque, ya lo dijo, AMLO es el mejor presidente que ha tenido el país y ganas, parece, de querer superarlo. No sería extraño que se siente ella en el asiento del piloto pero potro sea, desde la distancia, quien opere el avión.
Pasan los días y pasarán los años. Tiempo tal vez escribir la versión actualizada de “La Sombra del Caudillo”.





y luego