PERO QUÉ CULPA TIENEN LAS PERSONAS QUE NI FIX NI FAX EN EL CONFLICTO? 

Culiacán, Sinaloa, agosto 30, 2025

Por Jesús Fuentes Felix 

Cierto o falso …

Miles de muertos, miles de familias enlutadas de las llamadas víctimas colaterales, no tienen nada qué festejar el 15 de septiembre.

Porqué ?.

Porque Sinaloa está de luto, debe estar de luto.

Lo lamentable es que …

Hasta los hospitales ha llegado la rapacidad de quienes se confrontan a balazos, les vale madre que haya enfermos o niños.

Y todavía más, en el propio edificio de la llamada Unidad de Servicios Estatales – USE -, los animales allanan para asesinar.

Antes, años atrás, la población se sorprendía cuando se asesinaba en horas tempranas y en lugares públicos. Era inusual eso.

Ahora ya se ve  » como algo natural «.

Lo ocurrido la tarde – noche, del 29 de Agosto, afuera del hospital civil, desconozco la causa por la cual balacearon a personas en la sala de espera.

Deduzco, más que ajustes de cuentas como usualmente se dice, es una provocación para las fuerzas armadas del gobierno.

Sin embargo, es absurdo que suceda esto mientras Culiacán está retacado de soldados y de policías de todos los niveles jerárquicos.

Se habla de 10 mil elementos entre militares y agentes federales que retenean, patrullan, vigilan calles, callejones, avenidas, cerros.

Y ?

Muy raro haya retenes por todos lados, mientras los malandros andan como Pedro por su casa, no les parece ?.

Miren ustedes …

Aunque desde el gobierno se pregone, se presuma que ya se vive con excelente seguridad, eso, no es cierto.

Culiacán, como el resto de Sinaloa vive un polvorín, con una población traumada, dañada sicológicamente por la situación de violencia

Y todavía, inconcebible, echan campanas a vuelo anunciando festejos para celebrar una independencia que a nadie le importa.

Y menos le importa a miles de niños que quedaron en la orfandad, o miles de padres que perdieron a sus hijos.

Producto de gente inocente asesinada o desaparecida, cientos, miles, eso no es paz, eso no es vida normal.

Las víctimas que vilmente se les llama colaterales, quieren paz espiritual, más que acudir a celebraciones innecesarias.